Durante el proceso de soldadura, se producen vapores metálicos en el arco eléctrico. A medida que estos vapores se enfrían y solidifican, se forma un humo que puede ser un peligro potencial para la salud del soldador y de otras personas que trabajan en la misma área. Todos estos finos aerosoles irritan el sistema respiratorio. Sin embargo, algunos vapores pueden ser potencialmente más peligrosos que otros debido a las sustancias específicas presentes.