Esas recomendaciones se basaban en el principio de que, en una relación determinada, la tasa de distribución consistía en cuotas de terminales y de tránsito que eran las mismas para todas las rutas utilizadas. Cuando se utilizaba un desvío, las cuotas hipotéticas de terminales y de tránsito debían, por tanto, reducirse proporcionalmente. Los gastos de recaudación correspondían más o menos a las tasas importadas convertidas a corrientes nacionales.