INTRODUCCIÓN El combustible evaporado de los sistemas de combustible de los automóviles (pérdidas por evaporación) representa una porción significativa del material contaminante del aire de hidrocarburos de los automóviles. Como resultado tanto del esfuerzo voluntario de la industria como de la acción regulatoria, las emisiones de hidrocarburos de otras fuentes dentro del vehículo han disminuido constantemente en los vehículos nuevos fabricados desde principios de 1960. No se ha producido una disminución paralela con respecto a las pérdidas por evaporación y, por lo tanto, estas pérdidas han representado un porcentaje cada vez mayor de las emisiones de los vehículos. De ello se deduce que las pérdidas por evaporación han sido objeto de interés técnico como fuente de emisión no controlada. La cantidad de material perdido por los vehículos a través de procesos de evaporación obviamente es sensible a la volatilidad del combustible y @ lógicamente @ se ha sugerido la reducción de la volatilidad del combustible como medio para reducir las pérdidas por evaporación. La reducción de la volatilidad reduciría indiscutiblemente la cantidad de pérdidas por evaporación, pero aún quedan cuestiones técnicas por responder antes de que el beneficio general, si lo hubiere, pueda evaluarse con una confianza aceptable. Dos de estas preguntas son las siguientes: (1) ¿Cuál es el efecto@, si lo hay@, de la presión de vapor sobre las emisiones distintas de las pérdidas por evaporación? Considerando estas emisiones, ¿cuál es el efecto general sobre las emisiones de todas las fuentes dentro del vehículo? (2) ¿Cuál sería el efecto sobre el potencial de contaminación del aire de las emisiones de los vehículos si se modificaran los combustibles para hacer que las pérdidas por evaporación sean menos reactivas en la atmósfera? Para responder a estas y otras preguntas, la Oficina de Minas, en cooperación con el Instituto Americano del Petróleo (API), llevó a cabo la investigación que aquí se informa. Los resultados de otros trabajos experimentales (1@ 17-18)4 anteriores a esta investigación dieron una idea de la magnitud de las pérdidas por evaporación que cabían esperar a temperaturas de verano. La investigación actual amplió el estudio para determinar los efectos de la volatilidad a temperaturas relativamente frías@ para determinar los efectos de los cambios de combustible en los gases de escape así como en las pérdidas del sistema de combustible@ y obtener estos datos en una amplia selección de vehículos. Una evaluación inadecuada o inadecuada de los efectos del combustible podría dar lugar a modificaciones injustificadas del combustible o podría perjudicar el uso ventajoso de la tecnología de los combustibles para reducir la contaminación; Un error de juicio en cualquier dirección sería muy costoso. El trabajo cooperativo se llevó a cabo como parte del programa general de la Oficina para proporcionar información sobre la relación entre los combustibles y la contaminación del aire relacionada con los automóviles; se coordinó con trabajos relacionados, realizados por la Oficina. Los resultados de este estudio se complementan y complementan con los resultados del trabajo realizado por la Oficina en su programa interno y en el trabajo patrocinado por la Administración Nacional de Control de la Contaminación del Aire. Los objetivos del programa de pruebas eran determinar el efecto de la volatilidad del combustible y de la composición frontal sobre la cantidad@composición@y la reactividad fotoquímica de las emisiones de los vehículos, incluidas las pérdidas tanto del tubo de escape como del sistema de combustible. Además de la volatilidad del combustible y la composición frontal, las variables de prueba debían incluir las características del sistema de combustible del motor y la temperatura ambiente. 4 Los números subrayados entre paréntesis se refieren a elementos de la lista de referencias que preceden a los apéndices.
API 4022-1970 Historia
1970API 4022-1970 INFLUENCIA DE LOS COMPONENTES VOLÁTILES DEL COMBUSTIBLE EN LAS EMISIONES DE LOS VEHÍCULOS